miércoles, 23 de octubre de 2013

Here comes the sun

Después de más de seis meses sin escribir en el blog he decidido volver a las andadas. Tenía la sensación de que este blog no podía más de sí. Pero lo que no sabía entonces era que yo necesitaba una pausa. Pararme y observar el mundo, descubrirme un poco más a mí misma y a pasitos trazar mi mundo. Durante el parón he seguido escribiendo pero para mí.

Dejar de escribir para que alguien lo leyera ha sido renovador la verdad. El fin del bachillerato supuso muchísimo estrés para mí (al igual que para muchos) y después de todo el trabajo del curso me apetecía desconectar, olvidarme de cosas como el blog y empezar a descubrir nuevos mundos. Ahora acabo de empezar una de las aventuras más grandes de mi vida, la universidad. Siento que tengo muchas cosas sobre las que escribir, no como antes. Antes me sentía con cada palabra que plasmaba sobre el papel, dejando a un lado la escritura. He crecido y madurado como persona y de alguna forma eso me hace sentir mucho mejor con mis escritos, cuentos y poemas.
La próxima entrada vendrá pronto, cargada de emoción y sentimientos.
Un abrazo,


Maria.


domingo, 26 de mayo de 2013

London 1992

Todos tenemos (o algún día tendremos) nuestros días de gloria. Esos días que recordamos con extrema felicidad y cierta melancolía ya que sabemos que nunca se repetirá algo así. Al ver la gente con la que pasamos esos días una dulce sensación de añoranza nos cubre. Pero por otro lado rememorar unos segundos de esa temporada también nos puede dar esperanza para el futuro, para poder luchar para que algo parecido suceda. Pero ya se sabe que ese tipo de instantes son chispas en la noche, se encienden y se apagan, son efímeras como los minutos. Por mucho que queramos atrapar nuestros días de gloria, no hay nada que podamos hacer excepto rescatarlos de las telarañas de la memoria de vez en cuando.

Londres fue el sitio de esos días para alguien de mi familia. Últimamente esos recuerdos han sido sacudidos por la muerte de una de las compañeras junto a las que vivió dichos días. Ha sido como si uno de los muros del cuento de hadas se derrumbara. Como si una de las partes más importantes se desvanecieran. Tristeza por no haber tenido tiempo de hablar con ella y decirle que ojalá el tiempo pudiera volver para reunirse todos junto a una mesa. Hablar de las tonterías más simples ya hubiera sido suficiente.

Cuando una de las personas de las personas junto a las que vivimos nuestros días de gloria pasa justamente eso, algo se derrumba bajo nuestros pies. Como si esa nube de felicidad estuviera tan lejos que fuera irrecuperable.


A veces, me gusta coger los álbumes de fotos de los años 1991 y 1992. Mirar cómo vivió en Londres mi padre, con quién, los sitios por los que paseó. Ver su sonrisa junto a sus mejores amigos, a los que difícilmente ve. Por eso, ahora que una de ellas se ha ido, escribo esto, para no olvidar. Para intentar captar todo ese tipo de instantes, que un día u otro recordaremos como los días de gloria. 

sábado, 27 de abril de 2013

P.

El presente corta los próximos tres segundos de vida. Es inútil el silencio del llanto, de la desesperación. Cuando no hay más camino por el que avanzar para el que camina a tu lado, se ve el fondo, oscuro y lóbrego. No importa cuánto camino te quede a ti, sino todo el que le falta al otro. Por unos segundos dará igual si puedes volver a ir a la playa en verano o si podrás ver la lluvia helada en invierno. Qué más da. Todo da lo mismo ahora. Esta noche volverás a acurrucarte en tu cama, puede que no duermas, pero estarás. El otro yacerá en oscuro, sin aire ni luz.
Aprecia tu vida como el mayor tesoro que jamás te hayan dado. Abrázala, cómetela a bocados, no dejes ni un segundo suelto. Sueña, vive y no dejes que nadie ni nada te impida ser quién eres porqué solo tenemos una oportunidad de vivir. Empieza a vivir. 

sábado, 23 de febrero de 2013

Joy.

I could be the rose
that awakes in your garden,
the light shining
through your heart,
the sea embracing
your skin during a sunset.

In dreams you'll hear me say:
"Let me be, let me be
the joy of your life."

domingo, 20 de enero de 2013

20 años sin Audrey.


Audrey Hepburn ha sido descrita infinidad de veces como delicada, elegante y femenina entre muchos otros adjetivos parecidos. Veinte años después de su muerte sigue siendo considerada uno de los mayores iconos del cine. Audrey tenía ese encanto ingenuo que traspasó las pantallas y que se quedó grabado en la retina de muchos espectadores. ¿Quién no recuerda el beso entre Holly y Paul en Breakfast at Tiffany's? ¿O el baile entre Sabrina y Linus (interpretado por Humphrey Bogart)? ¿Y el paseo en Vespa de la Princesa Ann y Joe en Roman Holiday? ¿Y la transformación de Eliza en My fair lady?

Muchas chicas consideran a Audrey un modelo a seguir, un icono. Ahora vemos su elegancia, su femineidad. ¿Pero que supuso su figura para las adolescentes de los 50 y que se hicieron mujeres viendo sus películas? Audrey representaba para ellas la rebeldía y la independencia femenina, una forma de liberación de los modelos de mujer establecidos. Audrey no solo se dedicó al cine, al teatro y a la moda, en la etapa final de su vida hizo muchos proyectos humanitarios. A finales de los 80 empezó a trabajar con niños en situación de riesgo en Asia, África y América del Sur. Ella comprendía muy bien lo que era pasar hambre, ya que durante la ocupación nazi de los Países Bajos sufrió de malnutrición y depresión.

La influencia que ha tenido Audrey sobre mi persona ha sido enorme. Primero me hizo ver que si quieres ser feliz es mucho mejor ser tú misma que no intentar ser una más. En segundo lugar gracias a sus películas me acerqué al cine de los 50 y 60, el cine más maravilloso que se ha hecho y que se hará jamás. Su forma de vestir a cambiado mi forma de vestir, deseo transmitir algo con mi ropa pero sin dejar de ser elegante. Su fragilidad hizo que yo entendiera la mía, y poco a poco la he ido entendiendo y superando. 

Audrey ha sido importante y ha inspirado a muchas personas, así que aquí os dejo unas cuantas opiniones:
  • Audrey es todo lo que aspiro a ser en una mujer. Creo que es una mujer con todas las letras, y ya sé que todas somos mujeres, me explicaré. O sea, lo que aspiro a ser como mujer, es obvio que mujer ya soy también. Ella es femenina, es delicada, es elegante. Da igual que esté vestida de Chanel que con una camisa de hombre. No pierde su esencia. Y al mismo tiempo es un ser frágil y sencillo que no transmite maldad. Me da paz cuando la veo y la escucho. Siento admiración porque ella es todas esas cosas sin ni siquiera intentarlo.
  •  Para mi Audrey es la persona más inspiradora de mi vida. Tuvo una infancia horrible pero eso no le impidió cumplir sus sueños. Es una de las mejores actrices y personas que ha pisado este planeta, ni siquiera un Oscar hizo que perdiera su humildad. Hoy en día se echa en falta alguien como ella.
  • Audrey me transmite elegancia, sencillez, paciencia y precisión. Parece la típica mujer blanca y delicada, pero en realidad con una gran personalidad y una gran actriz.



Eterna, Audrey. (4 de mayo de 1929 Bruselas – 20 de enero de 1993 Tolochenaz)




“Living is like tearing through a museum. Not until later do you really start absorbing what you saw, thinking about it, looking it up in a book, and remembering — because you can't take it all in at once.”

viernes, 11 de enero de 2013

Las miradas.


Cuando más me encerraba en yo misma, más me costaba asimilar lo que sucedía a mi alrededor. Todo me parecía tan extraño mientras que a ojos de los demás parecía estar como siempre. Me gustaba salir de paseo mientras el cielo color de vino se transformaba en el azabache más oscuro. Paseaba por las callejuelas del pueblo, tan estrechas, tan oscuras. De alguna forma me sentía bien dando tumbos por ese laberinto, era como mi interior, sombrío, cerrado y de cierta forma con miedo. Al terminar el paseo tenía que pasar por la calle principal para volver a casa. Allí percibí las miradas que juzgaban cada uno de mis movimientos. Me sentía como un actor que sale a escena por vez primera y el foco le iluminara, mientras no se ve ni se oye nada más en todo el teatro que sus pasos. Al pasar por aquella gran calle fue como si un titiritero dominase mi andar ya que yo no era capaz de enfrentarme a la humanidad. Estaba tan asustada de que alguien pudiera herirme, o de que yo pudiera herir a alguien. Quise correr hacia mi casa, pero me quedé en medio de la plaza contemplando el movimiento de la gente. Y fue entonces cuando comprendí que en la vida se necesita amor, que la vida no tiene sentido en la soledad.

sábado, 5 de enero de 2013

Hola muggles.

Hola muggles,

¡Soy Harry Potter! Aquel mago que os hizo creer que cada uno de septiembre llegaría un tren de Hogwarts, pero nunca llegó. Incluso os creistéis que teniáis poderes mágicos, pero todos caistéis en depresión cuando al recitar "Guingardium Leviosa" no pasaba nada.

A pesar de haber sido muy desgraciado durante mi infancia, hoy me siento muy afortunado. ¡Qué se podría sentir siendo el mago más poderoso del mundo! Ahora con un simple movimiento de varita podría, podría...vamos podría hacer lo que quisiese.

A pesar de todo mi magia no es lo más importante, lo que me importa de verdad es la amistad que tengo con Ron y Hermione. Ellos me han salvado el pellejo más de una vez. Dar las gracias a J.K. Rowling por haberme creado de la nada, tan solo de un folio, una pluma y mucha imaginación.

Si os habéis cansado esperando a ser magos, probad suerte siendo un caballero Jedi.

¡Hasta pronto!